¡FELIZ NAVIDAD!
¡FELIZ NAVIDAD!
En estas fechas de diciembre, ¡frías e invernales!, celebramos un acontecimiento muy especial y sin precedentes que se repite cada año, no solamente en España sino en casi todo el mundo: ¡La Navidad!.
Originalmente se celebra el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios, su venida a este mundo en un lugar humilde, el pesebre de un mesón en la ciudad de Belén. Las luces y adornos que brillan en estos días son una forma de expresar la alegría de la Navidad, dando un toque especial que no lo da ninguna otra festividad del año, aunque de un tiempo para acá y cada vez más, reconocemos que las luces también son expresión de consumismo y derroche. Me gustan estas fechas de Navidad porque es un tiempo de cercanía y de mayor sensibilidad hacia los demás, nos volvemos más accesibles y comunicativos unos con otros, rompiendo las “barreras de indiferencia y frialdad” que nos caracterizan el resto del año.
Las luces y los adornos que llenan nuestras calles dan un toque especial de alegría cuando se tiene el significado verdadero de la Navidad. A veces es difícil compaginar la alegría de estas fiestas con la alegría del nacimiento de Cristo. La Navidad significa que Dios se acerca a nosotros para salvarnos de nuestros pecados, este es su mensaje sencillo y claro.
Hay dos textos específicos en el Evangelio que aclaran este significado del porqué tuvo que venir Jesús a este mundo: su nombre Emanuel “Dios con nosotros” y su nombre Jesús “porque salvará a su pueblo de sus pecados”. Evangelio de S. Mateo 1: 21 y 23..
El niño del pesebre, el Hijo de Dios, el Salvador del mundo vino a este mundo para estar con nosotros, salvarnos de nuestros pecados, y darnos la perspectiva correcta de la vida y de la eternidad.
Recuerdo un día paseando por el centro de Madrid una de estas Navidades pasadas, deslumbrado por tantas luces de colores y escaparates iluminados ; me iba fijando en los rostros de la gente que se cruzaba conmigo caminando de un lado para otro. Me llamaba la atención ver, paradójicamente, rostros inexpresivos, tristes y serios, como si no vivieran la realidad de estas fechas tan señaladas..
Hay muchas personas que lo están pasando mal, sin trabajo, enfermos, con problemas personales o familiares; se encuentran solos, en situaciones muy difíciles a quienes les costará mucho estar alegres en estas fiestas, y la solución no es nada fácil. Jesús también experimentó la soledad y el sufrimiento mas grandes que nadie jamás haya podido imaginar, siendo clavado en una cruz (no sólo por el dolor físico que le llevó a la muerte, sino por el dolor emocional y espiritual al cargar la culpa de todo el mundo). Jesús ofrece paz y consuelo verdadero al corazón de los que sufren: “venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar” Evangelio de S. Mateo 11:28.
Debemos recordar que las luces de estas fiestas se apagarán el día 7 de enero y no se encenderán hasta el próximo diciembre, pero podemos vivir una celebración continua, una alegría independiente de las circunstancias, aceptando en nuestras vidas el regalo de la salvación que nos ofrece Jesús, porque El “perdonará a su pueblo de sus pecados” y la garantía de estar con nosotros “Dios con nosotros” que será así porque lo ha prometido.
¡Feliz Navidad!
José Luis Briones
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