Jonás – ¿buena excusa para no obedecer?
Nuestro buen amigo Jonás siempre nos sirve de ejemplo para justificar nuestra falta de obediencia a los mandamientos del Señor. Conocer a Dios y su gran misericordia, a veces nos lleva a comportarnos de una manera irresponsable ante la urgente necesidad de que las personas conozcan las buenas nuevas del evangelio y acepten a Jesús como su Señor y Salvador.
Algunos de nosotros tratamos de evadirnos de nuestro llamado embarcándonos en empresas que tienen muy poco que ver con lo que Dios tiene pensado para nuestras vidas. Aprovechamos la primera ocasión que se nos presenta para irnos cuanto más lejos mejor del propósito de Dios, y lo peor es cuando las cosas nos marchan a las mil maravillas y creemos que Dios está muy interesado en todo lo que hacemos. Es entonces cuando vivimos en una tremenda confusión en algo que aparentemente nos marcha bien, ahogando de esta manera la voz del Espíritu que nos está llamando a otra tarea.
La iglesia tiene el ineludible papel de anunciar el evangelio a toda criatura independientemente de los resultados que esperamos ver. Solo nosotros podemos compartir el mensaje de salvación en Cristo Jesús y muchos pueblos en España necesitan escucharlo de nuestros labios y con nuestras vidas. La vida cristiana es mucho más que ir a la iglesia los domingos y sacar en procesión al patrón de turno. Para nosotros es todo un reto, toda una aventura emocionante al imitar a los grandes ejemplos que tenemos en el Nuevo Testamento e involucrarnos en la tarea de la evangelización de España. Puedes adoptar un pueblo en oración, y siempre que tengas la oportunidad ir con algunos hermanos y distribuir literatura, hablar con la gente. Algún día, posiblemente, alguna persona te lo agradecerá.
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